lunes, 9 de marzo de 2009

las sirenas estan sonando y yo sin agua bendita


Blablablabla


Palabras, palabras, palabritas y palabrotas que brotan de nuestras bocas. Vamos con la primera. Conflicto.


La historia comenzó hace ya muchos años, tantos que ya ni me acuerdo. En el principio fue el verbo, la palabra y a la palabra le siguió la diferencia de opiniones entre un jetón llamado Adán y su jefe un ser que dicen siempre estaba en todas partes pero no había forma de verlo. Entre ellos nació el primer conflicto de la historia occidental, para no meternos con los orientales justo ahora que el yoga está de moda.


¡Así cualquiera! Gritó mi vecino, enojado porque mi perro hace lo suyo en su puerta. Y así se suceden los conflictos que van llenando los espacios en la radio, la tele, diarios, bares y café. Ese conflicto que colma nuestras horas hoy es entre docentes y gobierno, que llega hasta la ruta y ahí me detengo un rato a pensar en el primer corte de ruta de estas tierras. Fue en Senillosa provincia de Neuquén.


Resulta que unos desocupados querían pasar a planta y reclamaban por algunos contratos, y el intendente maestro en el arte del esquive los gambeteaba mejor que la pulga Messi. Ellos los esperaban por una entrada y Houdini se mandaba mudar por otra puerta. Los Ñatos se enojaron y dijeron, bueno dónde lo podemos agarrar sin que se escape. La respuesta no tardo en llegar, el intendente para poder llegar a su casa debía necesariamente cruzar la ruta. Los muchachos hicieron un corte con es sólo fin de esperar al mago del escapismo que hacía las veces de intendente de Senillosa.


Lo que siguió luego es conocido por todos, el corte se convirtió en otra cosa y en algunos casos se desvirtuó, y trajo consigo dos palabritas que siempre se cruzan en cualquier corte.


Tolerancia e intolerancia

Una y otra están unidas sin quererlo como si fueran hermanitos siameses, la tolerancia es la más citada por todos y la menos aplicada por los mismos. ¡Yo soy muy tolerante sabes! ¿En serio? Si y si alguien me dice que no soy tolerante le bajo los dientes.


La tolerancia huérfana de padres anda por la vida, con sus bolsillos flacos en busca de alguna pequeña limosna, la intolerancia gorda como el ogro Fabianni, se ahoga en el vómito de su ego desbocado.


Hoy el torneo de intolerancia tiene dos punteros sindicato y gobierno, son diferentes pero se necesitan tanto que es difícil pensar en la existencia de uno sin el otro, son la expresión argenta del Ying y el Yang, y a estas alturas Confucio está confundido.

Otra palabrita que retumba en mi cabeza a estas alturas de la mañana es la vivienda o falta de ella que dio como resultado. Las tomas.


En otros rincones de este país se les llama villas miseria, y no son nuevas, hace muchos años un tipo, medio raro, que dicen se gastaba las quincenas en locas, le Decían Roberto y además de sus gustos escribía como el mismo demonio.

Roberto Arlt, en su libro los siete locos, hablaba de villas a las que iban a vivir los hombres del interior que llegaban a baires. Allí dio vida a un personaje fantástico el “rufián melancólico”. Bueno sería que nuestros rufianes tuvieran una poca de melancolía, tal vez los crímenes bajaran un poco, sólo tal vez.


Me fui un poco pero vuelvo, las tomas, el paisaje de nuestra tierra. Hace algunos años cuando comenzaron las primeras tomas bien lejos de todo y en el medio de la nada, una cosa llamaba la atención, entre esas endebles viviendas-algún nombre hay que darles- hechas con cartón, calles abiertas a puro rastrillos, y elásticos desvencijados de viejas camas haciendo las veces de portón, y el medio de ese panorama, banderas argentinas, derruidas ondeando al viento.


El paisaje cambió, al tiempo supimos que las tomas venían mal barajadas, entre la necesidad, rondaba la miseria y la especulación. Algunos tomaban tierras un tiempo construían alguna pared y vendían, otros en cambio que alguna vez sintieron en carne propia la necesidad del techo ahora en plena toma, alquilan, pieza dormitorio, monoambiente, en lugar ideal, buenos vecinos a estrenar, joya nunca taxi reza el aviso en el diario.


El tipo ahora es propietario y vive de la renta, pura especulación ¡a menor escala che! Si pero especulación al fin. Los de abajo ahora están un poquito más arriba y hacen lo mismo que sufrieron en carne propia. Argentinidad al palo canta la Bersuit ¡Que sabe ese pelado! un tipo que sale al escenario en piyamas es poco creíble papi.


¿Y la solidaridad? Que palabrita Solidaridad, y no tengo muy claro que es eso, y sino fijate en un dato. El año pasado todo el mundo asistió emocionado a la liberación de los rehenes de las FARC, hoy a casi un año los mismos ex cautivos escupen su rabia a Ingrid Betancourt, porque dicen en la selva se manejo como si estuviera en la selva, sálvese quién pueda, era su lema. Gritan con odio los otros rehenes de ayer, y ella tomando sol en las playas de Miami. ¿Habrá sido solidaria? ¿Lo habríamos sido nosotros en su lugar? Vaya uno a saber.


La solidaridad se fue a otra parte, porque dicen que dijo, no se puede sembrar trigo en el medio del desierto. Señores el negocio nos gobierna ¡pero yo no lo voté! ¡Nosotros tampoco eh!, avisen. Nosotros no somos como los orozco, yo los conozco, son ocho los monos: Pocho, toto, cholo, tom, moncho, rodolfo, otto, pololo. Yo pongo los votos solo por Rodolfo.

Tengo malas noticias, Rodolfo no ganó, pero es porfiado y ya anda de campaña.


Y vos ahí en tu sillón, puteando al Ogro Fabianni mientras tu cinturón pide clemencia.

Yo por ahora me voy con mis palabritas a otro lugar, no sea cosa que me las afanen, la inseguridad está terrible lo dijo Susana, la misma que preguntó si los Dinosaurios estaban vivos. Si Su están vivos pero andan de gira con el circo de Moscú, y vos que creías que el comunismo era historia.