lunes, 6 de abril de 2009

La ley del Embudo





El padre de la Patria

El Canal TN tituló la semana pasada. Murió un demócrata. ¡chuuuu! Dije yo palmó Bill Clinton. Y si, tanto darle a la matraca tiene sus consecuencias. Seguro que alguna turra lo mordió y el pobre se desangró en el baño de un bar.

Pero no, el que estiró la pata es nada menos que el ex presidente de la Argentina.


El que falleció fué Raúl Ricardo Alfonsín. Los reos de siempre cantaban en el bar La Paz “se murió se murió, la puta que lo parió”.

Pero son los menos, nuestro gran pueblo argentino le rindió homenaje a nuestro primer presidente como se merecía.

La sociedad rural que lo puteó en el año 87’ se rompía las manos para aplaudir a este gran demócrata nuestro.


Los pollos de Mazzorín lo recordarán siempre, la gente que se intoxicó comiéndolos también.

La híper inflación mandó sus condolencias, y aseguró que nunca fue tan feliz como cuando el viejo gobernaba. La pistola de remarcar precios también saludó.

El plan Austral sumó su pésame, y prometió castillos de naipes en su entierro, para todos los que se guardaron ese billete de recuerdo.


Los milicos aplaudieron de pie, agradecidos por las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, y recordaron con nostalgia las épocas gloriosas de semana santa.

Una mujer acongojada se ahogó en medio del cortejo fúnebre, rápido para los mandados, Rodolfo Terragno sacó su viejo proyecto para privatizar Aerolíneas Argentinas de la época en que era ministro de Economía del Gobierno de R. A. para apantallar a la pobre vieja.


Los radicales fueron los más emocionados lloraban y lloraban pero no había dolor, estaban felices.

El hijo del viejo y heredero del apellido andaba con una encuesta haciéndole guiños a la Coalición Cívica ¡Gracias papi por este regalo!

Julio Cobos creyó oir el último deseo del moribundo que según él mendocino en el último suspiro expresó “quiero que seas presidente”.


Otros testigos aseguran que en realidad dijo “cagón, veleta, sos más tibio que agua para el mate.

Se tuvo que morir un tipo para que resucitara un partido.

Que bueno que la muerte santifica. ¿No?

Si Alfonsín es el padre de la patria ¿Quién sería la madre?


Susana Giménez



lunes, 9 de marzo de 2009

las sirenas estan sonando y yo sin agua bendita


Blablablabla


Palabras, palabras, palabritas y palabrotas que brotan de nuestras bocas. Vamos con la primera. Conflicto.


La historia comenzó hace ya muchos años, tantos que ya ni me acuerdo. En el principio fue el verbo, la palabra y a la palabra le siguió la diferencia de opiniones entre un jetón llamado Adán y su jefe un ser que dicen siempre estaba en todas partes pero no había forma de verlo. Entre ellos nació el primer conflicto de la historia occidental, para no meternos con los orientales justo ahora que el yoga está de moda.


¡Así cualquiera! Gritó mi vecino, enojado porque mi perro hace lo suyo en su puerta. Y así se suceden los conflictos que van llenando los espacios en la radio, la tele, diarios, bares y café. Ese conflicto que colma nuestras horas hoy es entre docentes y gobierno, que llega hasta la ruta y ahí me detengo un rato a pensar en el primer corte de ruta de estas tierras. Fue en Senillosa provincia de Neuquén.


Resulta que unos desocupados querían pasar a planta y reclamaban por algunos contratos, y el intendente maestro en el arte del esquive los gambeteaba mejor que la pulga Messi. Ellos los esperaban por una entrada y Houdini se mandaba mudar por otra puerta. Los Ñatos se enojaron y dijeron, bueno dónde lo podemos agarrar sin que se escape. La respuesta no tardo en llegar, el intendente para poder llegar a su casa debía necesariamente cruzar la ruta. Los muchachos hicieron un corte con es sólo fin de esperar al mago del escapismo que hacía las veces de intendente de Senillosa.


Lo que siguió luego es conocido por todos, el corte se convirtió en otra cosa y en algunos casos se desvirtuó, y trajo consigo dos palabritas que siempre se cruzan en cualquier corte.


Tolerancia e intolerancia

Una y otra están unidas sin quererlo como si fueran hermanitos siameses, la tolerancia es la más citada por todos y la menos aplicada por los mismos. ¡Yo soy muy tolerante sabes! ¿En serio? Si y si alguien me dice que no soy tolerante le bajo los dientes.


La tolerancia huérfana de padres anda por la vida, con sus bolsillos flacos en busca de alguna pequeña limosna, la intolerancia gorda como el ogro Fabianni, se ahoga en el vómito de su ego desbocado.


Hoy el torneo de intolerancia tiene dos punteros sindicato y gobierno, son diferentes pero se necesitan tanto que es difícil pensar en la existencia de uno sin el otro, son la expresión argenta del Ying y el Yang, y a estas alturas Confucio está confundido.

Otra palabrita que retumba en mi cabeza a estas alturas de la mañana es la vivienda o falta de ella que dio como resultado. Las tomas.


En otros rincones de este país se les llama villas miseria, y no son nuevas, hace muchos años un tipo, medio raro, que dicen se gastaba las quincenas en locas, le Decían Roberto y además de sus gustos escribía como el mismo demonio.

Roberto Arlt, en su libro los siete locos, hablaba de villas a las que iban a vivir los hombres del interior que llegaban a baires. Allí dio vida a un personaje fantástico el “rufián melancólico”. Bueno sería que nuestros rufianes tuvieran una poca de melancolía, tal vez los crímenes bajaran un poco, sólo tal vez.


Me fui un poco pero vuelvo, las tomas, el paisaje de nuestra tierra. Hace algunos años cuando comenzaron las primeras tomas bien lejos de todo y en el medio de la nada, una cosa llamaba la atención, entre esas endebles viviendas-algún nombre hay que darles- hechas con cartón, calles abiertas a puro rastrillos, y elásticos desvencijados de viejas camas haciendo las veces de portón, y el medio de ese panorama, banderas argentinas, derruidas ondeando al viento.


El paisaje cambió, al tiempo supimos que las tomas venían mal barajadas, entre la necesidad, rondaba la miseria y la especulación. Algunos tomaban tierras un tiempo construían alguna pared y vendían, otros en cambio que alguna vez sintieron en carne propia la necesidad del techo ahora en plena toma, alquilan, pieza dormitorio, monoambiente, en lugar ideal, buenos vecinos a estrenar, joya nunca taxi reza el aviso en el diario.


El tipo ahora es propietario y vive de la renta, pura especulación ¡a menor escala che! Si pero especulación al fin. Los de abajo ahora están un poquito más arriba y hacen lo mismo que sufrieron en carne propia. Argentinidad al palo canta la Bersuit ¡Que sabe ese pelado! un tipo que sale al escenario en piyamas es poco creíble papi.


¿Y la solidaridad? Que palabrita Solidaridad, y no tengo muy claro que es eso, y sino fijate en un dato. El año pasado todo el mundo asistió emocionado a la liberación de los rehenes de las FARC, hoy a casi un año los mismos ex cautivos escupen su rabia a Ingrid Betancourt, porque dicen en la selva se manejo como si estuviera en la selva, sálvese quién pueda, era su lema. Gritan con odio los otros rehenes de ayer, y ella tomando sol en las playas de Miami. ¿Habrá sido solidaria? ¿Lo habríamos sido nosotros en su lugar? Vaya uno a saber.


La solidaridad se fue a otra parte, porque dicen que dijo, no se puede sembrar trigo en el medio del desierto. Señores el negocio nos gobierna ¡pero yo no lo voté! ¡Nosotros tampoco eh!, avisen. Nosotros no somos como los orozco, yo los conozco, son ocho los monos: Pocho, toto, cholo, tom, moncho, rodolfo, otto, pololo. Yo pongo los votos solo por Rodolfo.

Tengo malas noticias, Rodolfo no ganó, pero es porfiado y ya anda de campaña.


Y vos ahí en tu sillón, puteando al Ogro Fabianni mientras tu cinturón pide clemencia.

Yo por ahora me voy con mis palabritas a otro lugar, no sea cosa que me las afanen, la inseguridad está terrible lo dijo Susana, la misma que preguntó si los Dinosaurios estaban vivos. Si Su están vivos pero andan de gira con el circo de Moscú, y vos que creías que el comunismo era historia.


domingo, 25 de enero de 2009

Ella baila con todos



Rápida para los Mandados


Dos mujeres no podrán estar juntas nunca.

Clara Rojas e Ingrid Betancourt están como locas ahora que no hay selva alrededor y se pelean a la distancia, una en Colombia mirando el espejo retrovisor a cada rato y la otra, que sale de Shopping con Carla Bruni en París.

“Esa Ingrid es una yegua puta, cuando nos tenían secuestrada a la turra le daban una rodaja de pan y a mí nada, fíjense como tiene las rodillas y se van a dar cuenta porqué” grita clara haciendo honor a su nombre.


“No me importa lo que diga, es una resentida porque sabe que aquí en París la ropa es más barata, y los secuestradores franceses usan mejores colonias que esos guerrilleros mugrientos” se defiende la ex secuestrada más famosa, al tiempo que espera salir de gira con los Rolling Stone en la Cautiva Tours.

En la selva compartían todo, un ratón para comer, raíces secas, hojas de árboles y demás delicias sugeridas por el nutricionista de las FARC.


Ahora Ingrid se pasea en bikini por las playas de Miami exhibiendo esa fantástica figura, producto de años de hambre en la selva, y ya son varias las modelos y actrices que enviaron cartas a los guerrilleros Colombianos solicitándoles un tratamiento estético similar y fuentes cercanas a las FARC confirmaron que la mismísima Lilita Carrió estaría entusiasmada en viajar varios kilos con el fantástico método secuestro que hoy es furor en todas las playas del Caribe.


Clara Rojas quedó gordita, a ella no le funcionó y para colmo de males le llenaron la cocina de humo mientras estuvo en la selva. Ya no puede usar bikini por la maldita cesárea, y se dedica a cuidar un niño que jode y jode con que le compren la play, mientras su ex amiga anda putaneando por las playas volteando muñecos y domando penes al ritmo de Shakira.

No es justo clama Clara, los secuestros ya no son lo que eran, está todo muy cambiado, ya no se respetan los códigos, y los secuestrados tampoco son lo que solían ser.


Esto más que un secuestro es un Cabaret.

Ya deja de maldecir le contestó la Betancourt. Hay que dedicarse a living la vida loca. Lo que yo haga ahora es cosa mía y tú Clara que te dedicaste a lustrar el caño de los guerrilleros y no dejaste títeres con cabeza, ahora me toca a mí, sólo que mis muñecos huelen a colonia francesa y no a mierda de la selva.

Maldita Ingrid tu sí que has vuelto muy puta de la selva.